EXPERIMENTANDO LA HUMILDAD

Publicado en por poemas-a-la-virgen-maria

¿Cómo podrá Dios rechazar la acción de esta mujer?


Haya pues, en vosotros, este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual,

siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, 

hecho semejante a los hombres;

y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo

haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 
(Filipenses 2, 5-8)


                           La humildad es para practicarla en la vida diaria. La humildad delante de Dios, si es sincera, se manifestará también irresistiblemente delante de los hombres. La persona humilde siempre se ha de regir por la regla de oro: en honra, prefiriendo a otros. Siervos los unos de los otros... con humildad, estimando a cada uno como superior a sí mismo... sujetándoos unos a otros... ¡Cuántas citas bíblicas se pueden aportar para ilustrar esta regla de humildad!

 

En la Iglesia no basta con no ser algo; es necesario desear ser nada. Imitar a Jesús hasta la muerte, porque esta muerte se evidencia como la mayor prueba de su perfección. Su humildad insuperable. Tenemos que entregar todo para llegar a ser nada. Pero llegar a ser nada es hacer posible que Cristo venga a nosotros, a ser plenamente todo. 


Este anonadamiento hace posible que consideremos que todos son superiores a nosotros, para que en nosotros tome cuerpo la grandeza de Cristo. No se trata de masoquismo ni bobadas así. Se trata de conocer cuales son nuestras inclinaciones y reconocernos en ellas.

 

Nos resistimos a hacer morir al viejo hombre , y este hombre se resiste tenazmente a morir. Cuando nos parece que ya no existe y bajamos la guardia, vuelve a surgir con inusitada violencia y desmesurado orgullo. Sólo velando y orando continuamente, podremos mantener a raya mediante el reconocimiento de nuestra propia debilidad, a este gran enemigo. 


Sin el poder de Jesús en nosotros, y sin la vigilancia extrema, nunca podremos dominar a tan peligroso e insidioso enemigo de nuestra alma. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría (Colosenses 3:5) y, despojaos del viejo hombre. (Efesios 4)

 

Así que no se puede vivir descuidado y perezoso en la vida espiritual. El orgullo propio sustituirá rápidamente en nosotros a la humildad que Jesús ha implantado a costa de su sangre. La obra del Mesías ya está hecha. El Espíritu toma el relevo por decirlo de alguna manera más o menos comprensible. A nosotros, por el Espíritu, nos corresponde conservar la posición privilegiada que el Señor obtuvo para nosotros. 

 

La muerte del viejo hombre por la obra de Jesús es una realidad palpitante en nosotros. Habéis sido bautizados en su muerte. Así que, de una vez por todas, hagamos con el poder de Dios, que esta realidad sea bien asentada, según dice Pablo: Consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios.  (Romanos 6:11) Y: porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. (Colosenses 3:3). 

 

AMDG

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Image Año de la Fe
               2012-2013
Memento homo,quia pulvis es
et in pulverem reverteris

Sé inteligente, y crece leyendo y atendiendo a personas que valen la pena. 
Como dice Martín Fierro

EN LAS BARBAS DE LOS POBRES APRENDEN A SER BARBEROS

¿Quieres ser tú un pobre intelectual para que te afeiten con mentiras y locuacidades que no convienen? 

Cultiva el amor a la verdad, y la verdadera inteligencia .

HERMANOS MÍOS, CONFORTAOS EN EL SEÑOR

                   

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