ORDEN Y DEBER (Petición de grupo)

Publicado en por poemas-a-la-virgen-maria

 

 

 

 

Para obrar bien, vivir una vida que merezca la pena, y estar en condiciones de tranquila conciencia, es imprescindible el dominio de nuestros cuerpos y nuestros pensamientos. El cuerpo fuerza a la mente, y esta lleva a la acción al cuerpo y al contrario también. Nada se consigue entre la sociedad en que vivimos, queramos o no,  si somos como dijo Jesús: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? (Lucas 7:24) 

Y es que de forma espontánea la atención se deja captar por todo lo que pasa alrededor, por toda percepción, por toda cosa brillante y atractiva. Son los que yendo a una obligación directa, se entretienen en parlotear, o en un grupo de gente que mira hacia arriba por un vulgar pájaro que pasa.

 

Esto difiere totalmente del hecho de dirigir el pensamiento sobre lo que significa un determinado orden de hechos, o representaciones voluntariamente aceptadas. Este es el orden evangélico que solo mantiene en sus pensamientos el objetivo de la vida, Dios; y como consecuencia los pensamientos o actos que se corresponden con tal vocación.

 

Y esto conlleva, que en el momento de ser solicitado el individuo para prolongar la velada, y distraerse porque fulano quiere que le acompañe a beber, a ir a determinados lugares donde nada bueno ni provechoso para la vida eterna puede obtener. Deleitarse con la visión que le ha llamado la atención, saliéndole al paso hacia su objetivo.

 

En fin, es detraer de la adecuada visión del deber cristiano, y agradar a las gentes que no nos van a ayudar en nuestra trayectoria cristiana, sino por el contrario constituirse permanentemente en dificultarla. Es ponerle más atención al enemigo que al Señor, por causa de los espejuelos y amistades que el diablo pone por delante de los creyentes, y así derribarles y derribarles hacia otros objetivos más “atractivos” que el gozo de estar haciendo lo que agrada al Señor. 

 

 Si el cristiano puede representarse y valorar el camino correcto, podrá indefectiblemente superar estas solicitaciones a la anarquía y a la debilidad. Y eso es vigilancia y seguir las palabras de Cristo Jesús: Velad.

 

Y es que de forma espontánea la atención se deja captar por todo lo que pasa alrededor, por toda percepción, por toda cosa brillante y atractiva. Son los que yendo a una obligación directa, se entretienen en parlotear, o en un grupo de gente que mira hacia arriba por un vulgar pájaro que pasa.

 

Esto difiere totalmente del hecho de dirigir el pensamiento sobre lo que significa un determinado orden de hechos, o representaciones voluntariamente aceptadas. Este es el orden evangélico que solo mantiene en sus pensamientos el objetivo de la vida, Dios; y como consecuencia los pensamientos o actos que se corresponden con tal vocación.

 

Y esto conlleva, que en el momento de ser solicitado el individuo para prolongar la velada, y distraerse porque fulano quiere que le acompañe a beber, a ir a determinados lugares donde nada bueno ni provechoso para la vida eterna puede obtener. Deleitarse con la visión que le ha llamado la atención, saliéndole al paso hacia su objetivo.

 

En fin, es detraer de la adecuada visión del deber cristiano, y agradar a las gentes que no nos van a ayudar en nuestra trayectoria cristiana, sino por el contrario constituirse permanentemente en dificultarla. Es ponerle más atención al enemigo que al Señor, por causa de los espejuelos y amistades que el diablo pone por delante de los creyentes, y así derribarles y derribarles hacia otros objetivos más “atractivos” que el gozo de estar haciendo lo que agrada al Señor. 

 

 Si el cristiano puede representarse y valorar el camino correcto, podrá indefectiblemente superar estas solicitaciones a la anarquía y a la debilidad. Y eso es vigilancia y seguir las palabras de Cristo Jesús: Velad.

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